¿Alguna vez has sentido que no eres importante? ¿Que no eres amado? ¿Qué lo que haces no es suficiente para captar la atención de los demás? Yo, al igual que tú, también me sentí así en algún momento de la vida. Pero todo cambió cuando sentí la poderosa mirada de Jesús. Una mirada que no estaba ahí para juzgarme (como muchos lo quieren hacer ver), sino para amarme. Jesús me miró y me amó. Y de la misma manera, te quiere mirar y amar. Es increíblemente alto (para mí) el número de veces que los evangelios dicen "Jesús lo miró" o expresiones similares. Es decir... ¿No era normal que si Jesús iba a interactuar con alguien, lo mirara? ¿Por qué era esto tan especial como para dejarlo por escrito? Hoy entiendo que esa mirada de Jesús no era una mirada "normal". La mirada de Jesús ama, sondea, conoce, intriga, llama, consuela. La mirada de Jesús, cambia la vida para siempre. Cuando nos parece que todos nos ignoran, que a nadie le interesa lo que nos pasa, que no tenemos ...
Un espacio dedicado a fortalecer nuestra fe en Dios, reflexionar en su palabra y crecer en el amor.