Dicen que "El amor vive de los recuerdos".
- ¿Lucho y por qué comenzaste así de rápido? ¿Y la introducción?
jajajajajaj, bueno comencemos por la introducción: Nací en el año 1995...
- Tampoco te dije que fueras al inicio de los tiempos 👀
jejejej, bueno, mejor voy al inicio de esta historia. La historia de cómo nació un infinito. O mejor dicho, cómo nació un amor infinito.
Los antecedentes del infinito
En un blog anterior te conté que la película Moana, era muy especial para mí y para mi esposa. Pero no te conté el porqué. Aquí te va esa respuesta 👇🏻
A finales de 2016, Laura (mi esposa) y yo éramos buenos amigos. Nos habíamos conocido en la comunidad juvenil de oración Horizonte Cristiano y, entre momentos de espiritualidad y de servicio, habíamos estrechado lazos de amistad.
| Sirviendo juntos en Villa Hermosa, Cartagena. |
Una tarde, al salir de una reunión de Grupo Base (los líderes de la comunidad), estábamos organizando una ida a cine con varios amigos, pero al final, con distintas excusas, todos se terminaron bajando. Todos menos Laura y yo. Y como "firmeza" es nuestro segundo nombre 😁 decidimos ir de todas formas.
Llegamos al cine y había 2 películas: Una de Jackie Chan (que ni a bala íbamos a ver.) y otra de la cual no habíamos oído hablar, pero que en el póster se veía bonita. Así es... Moana. Compramos las boletas y entramos a la zona de comidas.
Al entrar, tuvimos la primera señal del Espíritu Santo hablando a través del que vendía las crispetas. Laura estaba indecisa sobre qué combo pedir, si pedir chocolate, si pedir perro, si solo crispeta... echaba pa lante y pa trás. En ese momento, quien atendía dijo: "Compi, todavía estas a tiempo de arrepentirte". Se imaginarán nuestra cara de "bueno y este qué piensa que somos" jajajaja.
Compramos y entramos a la película. Comimos. Yo levanté el brazo de la silla y la abracé (no me juzguen, eso fue moción del Espíritu 👀) y... no pasó nada más. Pero cuando salimos del cine, ambos sentimos que algo había cambiado.
El día que todo cambió
Pasaron varios días. Tuvimos un par de salidas más como amigos y, finalmente, con plena seguridad y contundencia, le dije: Laura, CREO que me gustas. Y si sientes algo remotamente parecido, quiero invitarte a que comencemos a orar para que Dios nos muestre si esto viene de Él o si no.
¿Cuál fue su respuesta? "No te voy a decir si me gustas o no, pero acepto tu invitación a que comencemos a orar". (Yo insisto en que en ese momento ella ya estaba tragada de mí, pero ella dice lo contrario).
Aquí viene lo importante, o bueno, no lo importante, pero sí el mensaje que quiero dejarte en este artículo:
- Decidimos que duraríamos 7 semanas orando, de las cuales al menos 1 vez a la semana sería en el Santísimo.
- Durante este tiempo seguimos saliendo, PERO sin derecho a besos (aunque nos moríamos de las ganas). No queríamos que nuestro juicio se nublara, ya que, en teoría, Dios podía mostrarnos que esto que sentíamos no venía de Él.
- Este tiempo de oración coincidió con el Congreso Nacional de Jóvenes de la RCC en Cartagena. Enero de 2017. En ese momento ya yo estaba casi seguro de lo que sentía, pero debía esperar el tiempo que habíamos acordado con Dios. Después de todo, si no era capaz de esperar 7 semanas para pedirle que fuera mi novia... ¿Cómo iba a esperar el tiempo necesario para llegar al matrimonio en castidad?
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