Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas con la etiqueta Miedo

Por un 2022 sin "sombras" en el mundo

El 3 de octubre del 2020 el Papa Francisco nos regaló la Carta Encíclica Fratelli Tutti sobre la fraternidad y la amistad social.  A esta carta siento que no se le dio tanta difusión y reflexión como a otras anteriores. Por eso, cuando estamos ad portas de iniciar un nuevo año , quiero compartir algunas ideas inspiradas principalmente en el capítulo 1: Las sombras de un mundo cerrado.  ¿Vivimos en un mundo cada vez más cerrado? Para iniciar su encíclica, el Papa nos abre su corazón para revelarnos algunas cosas que le preocupan sobre el mundo. Estas son más que una aséptica descripción de la realidad, ya que los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón.  Estas son algunas de esas sombras: - La historia parece estar volviendo atrás: ...

¿Qué estás haciendo con tus talentos?

Hace un par de domingos escuché en la eucaristía la Parábola de los Talentos, un texto que tal vez hemos escuchado muchas veces, pero que en esta ocasión me llegó de forma especial al corazón, cuestionándome la forma en que estoy valorando todo lo que Dios me ha dado.  Comencemos por el principio. Por si acaso no la recuerdas o no la has escuchado recientemente, permíteme contarte sobre qué trata esta parábola (Mateo 25, 14 - 30):  Un hombre muy rico se va lejos y les deja a sus siervos sus talentos, a uno 5, a otro 2 y a otro 1. El que tenía 5 logró conseguir otros 5 y el que tenía 2 consiguió otros 2, pero el que tenía 1, por miedo, mejor decidió enterrarlo bajo tierra, de forma que cuando llegó el dueño de todo, este no tuvo nada que entregarle o presentarle.  ¿Muchos o pocos talentos? Antes cuando escuchaba esta parábola me parecía un poco "injusto" el hecho de que unos recibieran más que otros, y hasta intentaba justificar al que había enterrado su talento pensando q...

UN MUNDO QUE LLORA Y GIME

En 2 de las últimas cartas escritas por el Santo Padre Francisco, Laudato Si y Querida Amazonía , hay un mensaje URGENTE que no podemos seguir ignorando. ¡EL MUNDO ESTÁ EN CRISIS! Y los culpables somos nosotros. Las pruebas de esta crisis saltan a nuestra vista en todo momento: calentamiento global, contaminación de las fuentes de agua, hambruna, sequías, heladas, aridez en la tierra. De múltiples formas, la Hermana Naturaleza (como la llamaría San Francisco de Asís), nos dice YA BASTA. De alguna manera se puede decir que es cada vez más evidente aquella expresión lanzada por el apóstol San Pablo hace 2000 años – la creación entera viene gimiendo hasta el presente y sufriendo dolores de parto (Rm 8, 22). No se equivocaba San Pablo en su expresión, ya que no es solo la naturaleza la que gime, grita y llora, ES TODA LA CREACIÓN, incluyendo a todo el género humano. Cuanta muerte, cuanto dolor, cuanto sufrimiento, cuantas guerras, cuanto odio. Hoy matamos por dinero, matamos por comida, ...

DILE NO AL PECADO

¡Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa! (Golpes de pecho). ¿Cuántas veces hemos rezado a Dios pidiéndole perdón por nuestros pecados? ¿Cuántas veces lo hemos hecho con verdadero corazón arrepentido? ¿Cuántas veces hemos vuelto a caer luego en los mismos pecados? Lo cierto es que, aunque el pecado pareciera hacer parte de nuestra vida, debemos esforzarnos para desterrarlo y seguir avanzando hacia la santidad. Es por eso que hoy te voy a dar los 4 pasos para decirle adiós al pecado (para siempre):   1.     Reconocer el pecado: Muchas veces tratamos de ignorar la realidad del pecado, y nos concentramos en renunciar más bien a las consecuencias o remordimientos que este produce. Otras veces tratamos de minimizar el pecado hasta su mínima expresión, hablando de “pecaditos”, “mentiritas piadosas” o “momentos de debilidad”. Pero para poder decirle adiós al pecado lo primero que debemos hacer es reconocerlo, porque si no reconocemos que verdaderamente pecamos, ...

¡ES MOMENTO DE CREER!

Vivimos tiempos de incertidumbre. Un virus ataca al mundo. Nuestras iglesias están cerradas. Se pierden muchos trabajos. Nuestros gobiernos no reaccionan. ¿Qué hacer? ¿Qué pensar? ¿Cómo proceder? Hay muchas preguntas y, desde muchos lugares, aparecen respuestas que no convencen del todo. Yo hoy quiero animarte a buscar respuestas en la palabra de Dios, porque “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” Mt 24, 35. Lo primero que debemos decir es que esto no es un castigo divino, ni nada parecido… ¡NO! Esto que vivimos hoy es el resultado de los ciclos naturales mezclados con un muy mal uso del libre albedrío. Y no hay que ser un teólogo para saber que Dios hace todas las cosas para el bien de sus hijos. Pero este no es el tema de este artículo. Y no es de esto de lo que quiero hablar. Hoy quiero animarlos a no perder la esperanza. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo (Jn 16, 33b). Jesús es Claro en su palabra. En el mund...

¡No te dejes ganar por el miedo!

Hoy quiero reflexionar un poco acerca del miedo, esa realidad que todos hemos vivido y experimentado alguna vez. A veces leve, a veces paralizante, a veces justificado y a veces irracional. El miedo ha hecho, hace y hará parte de nuestras vidas. ¿Es esto malo en nuestro caminar de fe? El miedo en sí mismo no es malo. Podríamos decir que, en muchos casos, es un mecanismo natural de auto-preservación. El cuerpo y la mente sienten peligro, entonces el miedo se activa para hacernos huir o detenernos, evitando así que pongamos en riesgo nuestra vida. El verdadero problema es cuando el miedo no se activa para proteger nuestra vida, sino que, por el contrario, lo que hace es impedirnos vivir. Es ese miedo que te ata, que no te deja ser generoso, que no te deja dar más de ti, servir, ayudar en tu casa, expresarte, decir tus ideas o expresar tu inconformismo. Es el miedo al qué dirán, o el miedo a ser rechazado, es el miedo a salir de ti mismo para darte a los demás. Un ejem...