Con motivo de la celebración del 150 aniversario de la proclamación de San José como patrono de la Iglesia universal, el Papa Francisco convocó un año completo dedicado a este santo, que inició el 8 de diciembre. Durante este año, todos los fieles católicos podremos ganar indulgencia plenaria. Y a continuación te explicaré cómo hacerlo (y por qué esto es importante). Comencemos por el principio:
¿Por qué un año dedicado a San José?
Como dijimos anteriormente, hace 150 años el Papa Pío IX, conmovido por las graves y luctuosas circunstancias en las que se encontraba una Iglesia acosada por la hostilidad de los hombres, declaró a san José Patrono de la Iglesia Católica. Así, para perpetuar la dedicación de toda la Iglesia al poderoso patrocinio del Custodio de Jesús, el Papa Francisco convocó este año en el que cada fiel, siguiendo su ejemplo, pueda fortalecer diariamente su vida de fe en el pleno cumplimiento de la voluntad de Dios.
Todos los fieles tendrán así la oportunidad de comprometerse, con oraciones y buenas obras, para obtener, con la ayuda de San José, cabeza de la celestial Familia de Nazaret, consuelo y alivio de las graves tribulaciones humanas y sociales que afligen al mundo contemporáneo.
Para que conozcas más sobre San José y lo que podemos aprender de él, he preparado el siguiente video:
¿Qué es y para qué me sirve la indulgencia plenaria?
Para responder esta pregunta, primero debemos saber cuáles son las consecuencias del pecado en nuestra vida:
El pecado tiene una doble consecuencia. Una llamada “pena eterna”, que básicamente es la muerte eterna del alma. Es decir, si nos morimos estando en pecado mortal, nos vamos para el infierno (así, sin eufemismos). De esta pena nos libramos mediante la confesión. Pero, por otra parte, existe también una “pena temporal”, manifestada en apego desordenado a las criaturas que es necesario purificar, sea aquí abajo, sea después de la muerte, en el estado que se llama Purgatorio. Esta purificación se realiza tanto mediante las obras de misericordia y de caridad, como mediante la oración y las distintas prácticas de penitencia (Catecismo de la Iglesia Católica, numerales 1472 y 1473).
Teniendo esto claro, vamos entonces a mirar qué es una indulgencia:
La indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados en cuanto a la culpa, que un fiel dispuesto y cumpliendo determinadas condiciones consigue por mediación de la Iglesia, la cual, como administradora de la redención, distribuye y aplica con autoridad el tesoro de las satisfacciones de Cristo y de los santos (Catecismo de la Iglesia Católica, numeral 1471).
Es decir, mediante las indulgencias podemos obtener la remisión de las penas temporales del pecado. Estas indulgencias pueden ser parciales o plenarias.
Expliquemos esto con un ejemplo: supongamos que yo estoy vestido de blanco impecable y comienza a llover. Yo en lugar de resguardarme decido salir a la lluvia, tropiezo y caigo en el barro, por lo que mi traje queda sucio (pecado). Si lo meto en la lavadora, mi traje va a quedar limpio (confesión), pero lo más probable es que salga arrugado (pena temporal). ¿Entonces qué hago? Pues le paso la plancha (indulgencias) y mi traje queda perfecto.
(De esto había hablado previamente en mi artículo: El perdón de los pecados en tiempos del coronavirus).
¿Cómo puedo obtener indulgencia plenaria en el año de San José?
Para ganar indulgencia plenaria durante este año, hay unas condiciones generales y unas específicas.
Las condiciones generales son: Estas confesado sacramentalmente, asistir a misa y comulgar y orar por las intenciones del Papa Francisco. Estos "requisitos" deben cumplirse 24 horas antes o después de cumplir con las condiciones específicas de este año, pero tranquis que, como veremos, son muy diversas y sencillas (solo debes cumplir una cada vez), y buscan que nos acerquemos más a Dios:
- Meditar durante al menos 30 minutos en el rezo del Padre Nuestro, o que participar en un retiro espiritual de al menos un día que incluya una meditación sobre San José.
- Realizar una obra de misericordia corporal o espiritual.
- Rezar del Santo Rosario en las familias y entre los novios.
- Confiar diariamente el trabajo a la protección de San José e invocar con oraciones la intercesión del obrero de Nazaret, para que los que buscan trabajo lo encuentren y el trabajo de todos sea más digno.
- Rezar la letanía de San José (para la tradición latina), o el Akathistos a San José, en su totalidad o al menos una parte de ella (para la tradición bizantina), o alguna otra oración a San José, propia de las otras tradiciones litúrgicas, en favor de la Iglesia perseguida ad intra y ad extra y para el alivio de todos los cristianos que sufren toda forma de persecución.
- Rezar cualquier oración o acto de piedad legítimamente aprobado en honor de San José, por ejemplo "A ti", oh bienaventurado José", especialmente el 19 de marzo y el 1 de mayo, fiesta de la Sagrada Familia de Jesús, María y José, el domingo de San José (según la tradición bizantina), el 19 de cada mes y cada miércoles, día dedicado a la memoria del Santo según la tradición latina.
Todos aquellos que no puedan cumplir con estas condiciones, particularmente a los ancianos, los enfermos, los moribundos y todos aquellos que por razones legítimas no pueden salir de su casa, podrán obtener la indulgencia plenaria si con el ánimo desprendido de cualquier pecado y con la intención de cumplir, tan pronto como sea posible, las tres condiciones habituales, en su propia casa o dondequiera que el impedimento les retenga, recen un acto de piedad en honor de San José, consuelo de los enfermos y patrono de la buena muerte, ofreciendo con confianza a Dios los dolores y las dificultades de su vida.
(Puedes leer completo el decreto para entender mejor estas condiciones AQUÍ)
Estamos en un tiempo de gracia particular hermanos, luego de esta año tan difícil. Aprovechemos este momento para crecer en la fe y en nuestra relación con Dios, a ejemplo de San José.
Mi oración contigo.



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