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Tras las huellas de Jesús

¿Qué significa hoy ir tras las huellas de Jesús?

Muchas veces en los evangelios, vemos el llamado de Jesús a dejarlo todo para seguirlo, a tomar nuestra cruz, a cambiar de vida. A este llamado muchos responden afirmativamente, pero otros por miedo o incredulidad prefieren quedarse donde están. Hoy Jesús nos sigue haciendo esa misma invitación a nosotros y, al igual que los personajes de los evangelios, tenemos la opción de seguirlo o rechazarlo. ¿Qué decidiremos? ¿Qué decidirás? 

Seguir a Jesús

Esta no es una pregunta menor, ya que compromete la totalidad de la vida, por lo que a continuación, comentaré, a la luz de La Palabra, lo que para mi implica seguir a Jesús:

Caminar sin Cristo es caminar en la oscuridad

Jesús en su palabra nos dice: "Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida" (Jn 8,12). De lo cual podemos deducir, en un ejercicio lógico que, ya que Cristo ES la luz, andar SIN Cristo es andar a ciegas, en la oscuridad. 

Seguir a Jesús, entonces, es un pasar de la oscuridad a la luz. Cómo lo dice bellamente Kairy Marquez en su canción "Despertar": 

Hoy mis ojos ven más colores que ayer, ha quedado atrás toda mi oscuridad. Dulce despertar, hoy logré despertar, me has iluminado, me has levantado.

Dar este paso a veces puede ser duro, porque cuando llevamos tanto tiempo caminando en la oscuridad, nos acostumbramos a ver sombras y a movernos con aparente libertad. Y al mismo tiempo, cuando estamos tan acostumbrados a esa oscuridad, la luz nos lastima, nos incomoda, y preferimos alejarnos de ella. No basta solo conocer a Jesús, debemos comenzar a seguirlo para que él sea luz de nuestra vida.

Cristo es la luz del mundo

Un personaje bíblico que ilustra perfectamente este cambio de vida es la "mujer adúltera", cuya historia aparece justo antes de el verso que leíamos anteriormente. En ella, vemos a una mujer que seguramente por la época en que vivió conocía la ley de Dios, pero había sido hallada en adulterio, un pecado y un delito, por lo que iba a ser apedreada. Ella, aunque tal vez conocía a Dios, vivía en la oscuridad. Sin embargo, Jesús le da una nueva oportunidad, se convierte en luz en su vida y le dice: 

Ni yo te condeno; vete, y no peques más.

Cargar nuestra cruz para seguir a Jesús

El evangelio según San Marcos nos narra que un día Jesús estaba contándole a sus apóstoles que "le era necesario al Hijo del Hombre padecer mucho, y ser desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y ser muerto, y resucitar después de tres días". Pero los apóstoles, cómo de costumbre no entendían ni papa. Así que Pedro (el mismo que unos versículos antes había reconocido a Jesús como El Cristo), comienza a convencer a Jesús para que no permita tal cosa, a lo que Jesús contesta con la esparachinada más violenta en la historia de la humanidad: ¡Quítate de delante de mí, Satanás! porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.

Pedro no había entendido que la liberación de Jesús no era política ni militar, sino que Jesús proponía la liberación eterna para todos, y que además, esta salvación pasaba inevitablemente por la cruz. 

Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.
Si decidimos seguir a Jesús, tenemos que tener claro que no es un camino libre de sufrimientos, de angustias y de dolor, el camino de Jesús no es un pare de sufrir, en camino de Jesús es el camino de la cruz, pero detrás de esa cruz, viene la gloria de la resurrección. 

Cruz de los jóvenes

Yo sé que cargar la cruz cansa, de verdad que si, y no está mal que estés cansado. Tal vez llevas mucho o poco tiempo sobreviviendo a difíciles pruebas y luchas. Pero Jesús está contigo. Él camina contigo y te ayuda a llevar tu cruz. No tengas miedo de orarle, incluso de reclamarle, él no se va a molestar por eso. Grita al cielo y él te escuchará, como dice Martín Valverde en su canción "Escúchame": 

Escúchame, aunque lo sepas todo Oh Dios escúchame, que la vida aprieta fuerte hoy. Que yo sigo aún firme aquí, más Dios hoy quiero verte junto a mi. Soy una gota en el gran mar, llamándote, gritando al cielo escúchame. Si es que aún hay tiempo, escúchame.

 Cristo es nuestro ejemplo al caminar

En este caminar tras las huellas de Jesús, hermanos, no estamos solos ni caminamos a la deriva. Cristo no solo es nuestra luz, no solo nos enseña lo que debemos hacer, sino que además, camina por delante dándonos ejemplo.

Porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas (1 Pedro 2, 21).
Él Camina con nosotros.
Él está con nosotros.
Él nos ama en cada paso e incluso en cada retroceso. 
La victoria está en la resurrección.
La muerte no podrá contra el amor.


No tengas miedo de caminar tras las huellas de Jesús.

Mi oración contigo. 

*Este artículo nació como una enseñanza que dicté a la comunidad juvenil Valientes de la Emisora Minuto de Dios, Cartagena.

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