Se acerca el Día de Todos los Santos y, por este motivo, no quiero dejar pasar la oportunidad de hablar de Carlo Acutis, conocido por muchos como El Ciber Apóstol o El Apóstol de la Eucaristía.
Este joven nació en mayo de 1991, falleció en octubre del 2006 (con solo 15 años) y fue beatificado el 10 de octubre de este año 2020.
Su vida es un testimonio de Santidad. Y por eso quiero hablar de cuáles son las claves y convicciones con las que vivió:
Esta es una de las frases de Carlo que más ha trascendido. Esta frase refleja perfectamente lo que significa la santidad: estar siempre unidos a Jesús, a nuestro amado, a nuestro Señor.
Ya lo decía Jesús en su palabra, Él es la vid y nosotros los sarmientos, o en otras palabras, Él es el árbol y nosotros las ramas. No podemos vivir sin él.
Si tenemos este ideal siempre presente, sin duda podremos perseverar en nuestro camino hacia la vida eterna, hacia el encuentro con la vida que es Jesús.
Eucaristía: Su Autopista al Cielo.
Carlo nació en una familia Católica que no era muy practicante ni asidua a los sacramentos, sin embargo, desde pequeño mostró un gran interés por la Eucaristía, al punto que a los 7 años pidió recibir la 1ra comunión. Fue tanta su insistencia y convicción que el mismo Obispo lo terminó autorizando para recibir este sacramento a tan temprana edad, y luego continuó asistiendo todos los días de su vida, teniendo momentos de adoración eucarística antes o después de cada misa, y confesándose con frecuencia para vivirla dignamente.
Al crecer, nunca perdió ese amor, porque sabía que ahí encontraba a Cristo. "Jerusalén está al lado de nuestras casas", solía decir. Así fue, poco a poco, acercando a su familia a la Iglesia. Incluso cuentan que un trabajador Hindú de su casa, que lo acompañaba cuando sus padres no podían asistir, terminó por pedir ser bautizado y recibir la comunión, al ver el ejemplo y la devoción de Carlo.
María: la única mujer de su vida.
Como murió tan joven, Carlo nunca tuvo un romance, pero sí que supo lo que era amar a una mujer. Esta era la Virgen María. Ella era la custodia de su pureza y, por eso, rezaba el Santo Rosario todos los días.
Nunca perder la alegría ni negar la fe.
Carlo era un joven "normal", no era un bicho raro que no hacía nada divertido. Al contrario, le encantaba estar en la naturaleza y jugar con los animales, también le encantaba el futbol e incluso jugaba PlayStation con sus amigos.
Para ser Santos no debemos renunciar a ser alegres, sino por el contrario llevar esa alegría que recibimos de Cristo a los demás, nunca negando nuestra fe, como lo hacía Carlo con sus compañeros de colegio, a quienes invitaba a ir a misa y acercarse más a Dios.
El solía decir: "La tristeza es dirigir la mirada hacia uno mismo, la felicidad es dirigir la mirada hacia Dios".
Humildad, desapego y Caridad.
Carlo hacía parte de una familia que se podía llamar "acomodada" con buenas condiciones económicas, sin embargo Carlo nunca fue apegado a los bienes, por el contrario usaba sus ahorros para ayudar a los más necesitados, comprando bolsas de dormir o alimentos para las personas sin hogar. Muchos de estos fueron a su funeral, contando todo lo que el joven Carlo había hecho por ellos.
Dones al servicio de la evangelización.
Carlo era muy bueno con la informática, por lo que decidió poner ese don que había recibido de Dios a su servicio. Con sus propios recursos visitó todos los lugares en el mundo donde había habido Milagros Eucarísticos o apariciones Marianas, creando 2 exposiciones digitales. El decía que si Dios se había tomado el trabajo de realizar estos milagros, entonces debía hacer que todo el mundo los conociera. Esta tarea le llevó más de 3 años de dedicación. Por estas exposiciones es que Carlo es conocido como el Ciber Apostol, y también se le ha llamado el Patrono de la Internet. Además, solía ayudar en su parroquia como catequista.
Carlo creía que cada uno tiene dones especiales que debe descubrir y poner al servicio de Dios. Una de sus frases era "Todos nacen como originales, pero muchos mueren como fotocopias".
Sin miedo a la muerte
En Octubre de 2006 Carlo fue diagnosticado con Leucemia fulminante, del tipo M3. Sin embargo el nunca demostró miedo ni angustia, al contrario solía decir que ofrecía todos los sufrimientos que padecería por el Papa y por la Iglesia, para no tener que estar en el purgatorio e ir directo al cielo. Carlo falleció a los pocos días de ser diagnosticado, pero 2 días antes había pedido recibir la unción de los enfermos y la Eucaristía.
Sin duda Carlo es un ejemplo que debe iluminar nuestra vida de jóvenes.
Hoy nos encomendamos a él, para que interceda ante Jesús por todos nosotros.


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